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Por orden de las autoridades federales, Claudia Jurado y su hijo menor debían haber abordado un avión que los llevaría de regreso a su patria. Sin embargo, esta madre optó por escaparse.
El pasado viernes, justo el día en que los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) esperaban a ambos en el Aeropuerto Internacional Hartsfield–Jackson para deportarlos a El Salvador, la mujer decidió no presentarse y refugiarse en una parroquia del condado de Gwinnett.
“Yo estoy haciendo todo esto porque no quiero regresar a El Salvador porque allá nuestras vidas corren peligro," la mujer dijo. En diciembre pasado su familia fueron capturados por la Patrulla Fronteriza tras cruzar el Río Bravo y entrar ilegalmente al país.
Tras más de ocho meses de analizar el caso de Jurado, ICE decidió cerrarlo tras considerar que ella no tiene pruebas suficientes sobre su temor de volver a El Salvador y por no tener conexiones fuertes en esta nación, por lo que le ordenó irse con su pequeño.
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